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lunes, 9 de noviembre de 2009

Energias Alternativas

Energía alternativa
De Wikipedia, la enciclopedia libre



Genéricamente, se denomina Energía alternativa, o más propiamente fuentes de energía alternativas, a aquellas fuentes de energía planteadas como alternativa a las tradicionales o clásicas.[1] No obstante, no existe consenso respecto a qué tecnologías están englobadas en este concepto, y la definición de "energía alternativa" difiere según los distintos autores: en las definiciones más restrictivas, energía alternativa sería equivalente al concepto de energía renovable o energía verde, mientras que las definiciones más amplias consideran energías alternativas a todas las fuentes de energía que no implican la quema de combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo); en estas definiciones, además de las renovables, están incluidas la energía nuclear o incluso la hidroeléctrica.


Los combustibles fósiles han sido la fuente de energía empleada durante la primera y segunda revolución industrial, pero en la actualidad presentan fundamentalmente dos problemas: por un lado son recursos finitos, y se prevé el agotamiento de las reservas —especialmente de petróleo— en plazos más o menos cercanos, en función de los distintos estudios publicados. Por otra parte, la quema de estos combustibles libera a la atmósfera grandes cantidades de CO2, que ha sido acusado de ser la causa principal del calentamiento global. Por estos motivos, se estudian distintas opciones para sustituir la quema de combustibles fósiles por otras fuentes de energía carentes de estos problemas.


Las energías alternativas se dividen en dos grandes grupos:


* Fuentes de energía renovables (eólica, solar, biomasa, etc.)


* Energía nuclear


No todos coinciden en clasificar la energía nuclear dentro de las energías alternativas, pues al igual que los combustibles fósiles, se trata de un recurso finito, y además presenta problemas medioambientales importantes, como la gestión de los residuos radiactivos o la posibilidad de un accidente nuclear. Sin embargo, la reducida emisión de CO2 de esta tecnología, y la todavía insuficiente capacidad de las energías renovables para sustituir completamente a los combustibles fósiles, hacen de la energía nuclear una alternativa sujeta a fuerte polémica.

¿Porque Ahorrar Agua?

Ahorrar agua: ¿cómo y por qué?

Alrededor de tres cuartas partes de la superficie de la Tierra están cubiertas de agua. Las proporciones son:

• Aprox. el 84% en mares y océanos
• Aprox. el 15% en aguas subterráneas no transportables en un nivel demasiado bajo para acceder a ella
• Aprox. el 1% del agua se encuentra en las zonas combinadas de hielo polar, ríos, aguas subterráneas y la atmósfera

Sólo un 0,03% de toda el agua está inmediatamente disponible como agua fresca, es decir, potable. El agua es uno de los tesoros más valiosos que poseemos, porque es imposible reemplazarla.


Escasez de agua en muchos países

El consumo de agua en todo el mundo se ha multiplicado por cuatro en los últimos 50 años. Casi quinientos millones de personas viven en países en los que ya escasea el agua. En el año 2050 como mínimo una cuarta parte de la población del mundo tendrá que vivir con una escasez crónica o recurrente de agua. Esto se debe a diferentes motivos. Por ejemplo, aparte del hecho de que la población del mundo aumenta de forma constante, la extensión de las regiones esteparias y el crecimiento de los grandes desiertos representan un factor de riesgo. Pero el problema más importante es la creciente contaminación de los mares, océanos, ríos y aguas subterráneas.


Todos estamos en el mismo barco

No sólo los países de las zonas más secas del mundo necesitan utilizar el agua de forma económica. Los países altamente desarrollados de América del Norte, Europa y el Lejano Oriente, algunos de los cuales tienen agua más que suficiente, también necesitan utilizar el agua de forma sensata. Para el análisis final, estos países son los que utilizan más agua. Es aquí donde están la mayoría de lavavajillas, centros de lavado de coches e industrias que dependen del agua. Es aquí donde la gente se ducha y se baña más a menudo, y es aquí donde menos se piensa en el agua como una propiedad pública.


¿Cómo podemos ahorrar agua?

Aparte de utilizar el agua en los hogares para lavar, limpiar, ducharse y regar nuestros jardines, la industria es un factor decisivo. Por ejemplo, las industrias del papel, del automóvil, la alimentación y químicas son algunos de los usuarios y contaminantes más importantes del agua. En estos casos, el estado debe intervenir y controlar el consumo de agua con estrictas reglamentaciones que controlen la cantidad de agua que se puede utilizar y cómo se puede tratar. Una de las formas que tienen los gobiernos de hacerlo es introduciendo precios elevados para el agua.


Como resultado, algunos países industrializados ya utilizan procesos de producción y limpieza que no producen aguas residuales, sino que el agua utilizada entra en un ciclo y se vuelve a tratar. Pero ¿qué podemos hacer individualmente?


Dos formas clásicas de ahorrar agua: cisternas de retrete que ahorran agua y dispositivos para limitar el flujo de agua en lavabos y duchas. La mayoría de personas prefieren utilizar agua de lluvia para regar sus jardines simplemente porque es más barata. Además, recuerde no poner en marcha la lavadora o el lavavajillas hasta que estén llenos y cerrar el grifo al lavarse los dientes o afeitarse. Pero esto no es todo.


Ahorrar agua significa especialmente tratarla con respeto y no contaminarla. Los lavabos y los desagües no se deben utilizar como cubos de basura para aceites, grasas, productos químicos, medicamentos o colillas. Los limpiadores y detergentes se deben utilizar económicamente, y los pesticidas sólo cuando sea absolutamente necesario. Sólo haciendo esto tendremos un papel activo a la hora de tratar el agua, uno de nuestros tesoros más valiosos, con el respeto que se merece.


¿Porque Ahorrar Energia Electrica?

Uso eficiente de la energía

Es imprescindible reducir la dependencia de nuestra economía del petróleo y los combustibles fósiles. Es una tarea urgente, según muchos de los estudiosos del ambiente, porque la amenaza del cambio climático global y otros problemas ambientales son muy serias y porque, a medio plazo, no podemos seguir basando nuestra forma de vida en una fuente de energía no renovable que se va agotando. Además esto lo debemos hacer compatible, por un deber elemental de justicia, con lograr el acceso a una vida más digna para todos los habitantes del mundo.

Para lograr estos objetivos son muy importantes dos cosas:

Por una parte aprender a obtener energía, de forma económica y respetuosa con el ambiente, de las fuentes alternativas de las que hemos hablado en páginas anteriores.

Pero más importante aún, es aprender a usar eficientemente la energía. Usar eficientemente la energía significa no emplearla en actividades innecesarias y conseguir hacer las tareas con el mínimo consumo de energía posible. Desarrollar tecnologías y sistemas de vida y trabajo que ahorren energía es lo más importante para lograr un auténtico desarrollo, que se pueda llamar sostenible. Por ejemplo, se puede ahorrar energía en los automóviles, tanto construyendo motores más eficientes, que empleen menor cantidad de combustible por kilómetro, como con hábitos de conducción más racionales, como conducir a menor velocidad o sin aceleraciones bruscas.

Técnicas de ahorro de energía

Las luces fluorescentes, que usan la cuarta parte de la energía que consumen las incandescentes; el mejor aislamiento en los edificios o los motores de automóvil de bajo consumo son ejemplos de nuevas tecnologías que han influido de forma muy importante en el ahorro de energía. Entre las posibilidades más interesantes de ahorro de energía están:

Cogeneración

Se llama cogeneración de energía a una técnica en la que se aprovecha el calor residual. Por ejemplo utilizar el vapor caliente que sale de una instalación tradicional, como podría ser una turbina de producción de energía eléctrica, para suministrar energía para otros usos. Hasta ahora lo usual era dejar que el vapor se enfriase, pero en esta técnica, con el calor que le queda al vapor se calienta agua, se cocina o se usa en otros procesos industriales.

Esta técnica se emplea cada vez más en industrias, hospitales, hoteles y, en general, en instalaciones en las que se produce vapor o calor, porque supone importantes ahorros energéticos y por tanto económicos, que compensan las inversiones que hay que hacer para instalarla.

Aislamiento de edificios

Se puede ahorrar mucha energía aislando adecuadamente las viviendas, oficinas y edificios que necesitan calefacción o aire acondicionado para mantenerse confortables. Construir un edificio con un buen aislamiento cuesta más dinero, pero a la larga es más económico porque ahorra mucho gasto de calefacción o de refrigeración del aire.

En chalets o casas pequeñas medidas tan simples como plantar árboles que den sombra en verano o que corten los vientos dominantes en invierno, se ha demostrado que ahorran entre un 15% a un 40% del consumo de energía que hay que hacer para mantener la casa confortable.

Ahorro de combustible en el transporte

En España, el transporte emplea algo menos de la mitad de todo el petróleo consumido en el país. En todo el mundo los automóviles, especialmente, junto a los demás medios de transporte, son los principales responsables del consumo de petróleo y de la contaminación y del aumento de CO2 en la atmósfera. Por esto, cualquier ahorro de energía en los motores o el uso de combustibles alternativos que contaminen menos, tienen una gran repercusión.

Las mejoras en el diseño aerodinámico de los automóviles, su disminución de peso y las nuevas tecnologías usadas en los motores permiten construir ya, automóviles que hacen 25 km por litro de gasolina y se están probando distintos prototipos que pueden hacer 40 km y más por litro.

También se están construyendo interesantes prototipos de coches que funcionan con electricidad, con metanol o etanol o con otras fuentes de energía alternativas que contaminan menos y ahorran consumo de petróleo. Los coches eléctricos pueden llegar a ser interesantes cuando sus costos y rendimientos sean competitivos, pero siempre que usen electricidad producida por medios limpios. Si consumen electricidad producida en una central térmica, generan más contaminación que un coche de gasolina. Por esto sólo interesan coches eléctricos que consuman electricidad producida con gas o, mejor, con energía solar o hidrógeno.

El uso de hidrógeno como combustible es especialmente interesante. Los científicos están estudiando la manera de producirlo con ayuda de células fotovoltaicas cuya electricidad se usa para descomponer el agua por electrólisis en hidrógeno y oxígeno. Después el hidrógeno se usa como combustible en el motor del coche. Vuelve a unirse con el oxígeno en una reacción que produce mucha energía, pero que no contamina prácticamente nada pues regenera vapor de agua, no forma CO2 ni óxidos de azufre, y los pocos óxidos de nitrógeno que se forman son fáciles de controlar. Por ahora se han construido algunos prototipos, pero todavía sus costos y sus prestaciones no son suficientemente buenos para comercializarlos.

Sin duda, el futuro del transporte irá por combustibles alternativos y motores que consuman menos, pero además del avance tecnológico, es necesario que la legislación favorezca la implantación de los nuevos modelos y que se cree un estado de opinión entre los consumidores de vehículos que favorezca la venta de los coches que ahorren energía.

Industrias y reciclaje

En los países industriales la industria utiliza entre la cuarta parte y un tercio del total de energía consumido en el país. En los últimos años se ha notado un notable avance en la reducción del consumo de energía por parte de las industrias. Las empresas se han dado cuenta de que una de las maneras más eficaces de reducir costos y mejorar los beneficios es usar eficientemente la energía.

Reciclar las materias primas es una de las maneras más eficaces de ahorrar energía. Aproximadamente las tres cuartas partes de la energía consumida por la industria se usa para extraer y elaborar las materias primas. Si los metales se sacan de la chatarra sólo se necesita una fracción de la energía empleada para extraerlos de los minerales. Así por ejemplo, reciclar el acero emplea sólo el 14% de la energía que se usaría para obtenerlo de su mena. Y en el caso del aluminio la energía empleada para reciclarlo es sólo el 5% de la que se usaría para fabricarlo nuevo.

Ahorro de energía en el mundo

En los países desarrollados, el consumo de energía en los últimos veinte años, no sólo no ha crecido como se había previsto, sino que ha disminuido. Las industrias fabrican sus productos empleando menos energía; los aviones y los coches consumen menos combustible por kilómetro recorrido y se gasta menos combustible en la calefacción de las casas porque los aislamientos son mejores. Se calcula que desde 1970 a la actualidad se usa un 20% de energía menos, de media, en la generación de la misma cantidad de bienes.

En cambio en los países en desarrollo, aunque el consumo de energía por persona es mucho menor que en los desarrollados, la eficiencia en el uso de energía no mejora. Sucede esto, entre otros motivos, porque muchas veces las tecnologías que implantan son anticuadas.